Transfondo Enano

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Brancew
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Transfondo Enano

Postby Brancew » Sat Sep 26, 2009 8:02 pm

Es el primero que escribo, a ver que os parece, yo prefiero los transfondos que tratantan sobre la raza y el carazter del ejercito pero sin meterte en describir tu lista y objetos, pero eso es mi humilde opinion.


Turkman levanto sus cortas piernas y coloco sus pesadas botas de hierro sobre la gruesa mesa de roble. Repantigándose en la silla, acerco una cerilla encendida a su laboriosamente labrada pipa. La posadera le echó una mirada de desaprobación, pero sabia que era mejor no meterse con él. Cualquier Enano más joven de los que había en aquella taberna precariamente iluminada habría sido arrojado por la puerta si se hubiera atrevido a hacer lo mismo, pero Turkman Melenaroja era un cliente valioso y sus historias bien podían atraer a muchos clientes.

"Fue una pelea como Grungni manda, no como esas pequeñas escaramuzas que vosotros, jovencitos, llamáis batallas. El gran Daikin y todos los clanes de Tortorrim defendiendo la puerta, hasta el último enano. En aquellos días, los Enanos no conocían el significado de la palabra "retirada". Cualquier guerrero habría preferido morir en combate que volver a casa derrotado. Habríamos acabado con facilidad con esos rastreros pielesverdes si no hubiera sido por sus malvados trucos mágicos. Hay quien dice que incluso los propios dioses Orcos aparecieron en el campo de batalla para ayudar a los debiluchos Goblins, pero reconozco que esas historias deben de tener mucho más de rumor y superstición que de verdad". Tomando una calada profunda de su pipa, arrojo una gruesa bocanada de humo.

"De todas maneras eso no importa, deberíamos haber estado preparados para algún tipo de traición similar. Los Orcos y los Grobi siempre se escabullen y se arrastran a hurtadillas. Prefieren esconderse y hacer una emboscada antes que enfrentarse a nosotros, los Enanos, en lucha abierta". Acerco la jarra a sus grandes labios y echo un largo trago.

"Aun recuerdo aquel aciago día, yo era apenas un barbilampiño como lo sois vosotros ahora, apenas tenia unas pocas décadas de vida y muy escasas las batallas en las que había tomado parte, aquel día una gran horda de asquerosos pielesverdes se planto a las puertas de la fortaleza, el mil veces sabio rey Daikin ordeno una salida, el mismo la encabezo. Como era propio en él lucho con la fuerza de Grungni y nos dirigió con la sabiduría de Valaya, al atardecer los pocos Grobi supervivientes corrían desesperados de vuelta a sus escondrijos, en el campo de batalla muy pocos enanos yacían muertos ante los cientos de Grobi caídos. Los gritos de jubilo y cantares de victoria surgieron de las bocas de todos los allí reunidos, si hubiéramos sabido lo que nos esperaba... Una mayor horda que la anterior surgió de entre las montañas, la anterior se contaba en cientos, pero esta... miles de Orcos y Grobis, un murmullo de precupacion recorrió nuestra línea de batalla, pero esa desesperación no la sentía nuestro Rey Daikin, yo estaba allí como es cierto que ahora estoy aquí con vosotros y os digo que en el rostro de nuestro monarca no había ni un ápice de miedo ni preocupación, se volvió hacia nosotros y sus palabras nunca serán olvidadas por ningún enano de esta fortaleza, aun las recuerdo como si hubiera sido ayer cuando las escuche "Amigos, hermanos no desesperéis pues Grungni y Valaya están hoy entre nosotros, aunque los brazos se entumezcan, aunque los escudos se quiebren y las hachas y martillos pierdan sus filos, hoy no seremos derrotados, !Ningún ser repugnante pondrá un pie en los grandiosos salones de Tortorrim! adelante guerreros, el enemigo aguarda, no le hagamos esperar mucho mas" y con la misma determinación que pronuncio esas palabras se dirigió hacia el enemigo, ninguno de los allí presentes iba a dejar que el rey fuera solo al combate, entonamos una vez mas las canciones de batalla y marchamos hacia el enemigo, pero para nuestra sorpresa Daikin opinaba de otra manera y con su voz fuerte y grave entono una canción de victoria, enseguida los cánticos cambiaron y todos acompañamos a nuestro rey, las líneas de batalla se acercaban, pero en nuestros corazones ya no había dudas ni miedos, con un Rey así, tocado por Grungni y Valaya, no podíamos ser derrotados, !nos sentíamos invencibles! y aquel día lo fuimos, muchos amigos y hermanos cayeron y como Daikin había predicho, nuestras hachas perdieron su filo de los innumerables Orcos a los que dimos muerte y nuestros fuertes brazos se entumecieron de lo largo que se hizo el día, nuestros escudos y armaduras estaban quebradas por infinitos lugares y no había allí ningún enano si cortes y heridas, pero nuestra línea nunca fue atravesada, ningún enano aquel día dio un paso atrás y todos aquellos malignos y miserables pielesverdes fueron exterminados". Nadie de los reunidos entorno a Turkman Melenaroja tenia la suficiente edad como para haber participado en aquella batalla, pero sus rostros estaban brillantes de orgullo.

" Y es por eso por lo que nosotros, guerreros de Tortorrim marchamos siempre hacia el enemigo entonando canciones de victoria, porque aunque aquel maravilloso y gran rey que era Daikin partió ya hace algún tiempo en busca de Grungni con la intención de unirse a el en su eterna lucha contra el caos, todos lo recordaremos y marcharemos adonde su hijo y nuevo Rey Durgrim nos diga, ya que esa fue la ultima orden del Gran Daikin". Turkman echo otro largo trago a su ya casi extinta cerveza y continuo con su relato.

"No hace mucho que Durgrim recibió un mensaje muy preocupante del norte. La espera ha sido larga pero Tortorrim volverá a marchar a la guerra, nuestros hermanos del norte piden ayuda, ¿acaso nos a de asustar una marcha tan larga? ¿o un camino lleno de peligros? somos los hijos de Grungni y Valaya, los descendientes de Daikin, el suelo de la tierra retumbara bajo el paso de nuestras pesadas botas, no habrá enemigo que pueda ni ose detenernos en nuestra larga marcha, ¿estaréis conmigo?"
El estruendo fue brutal, jarras chocando entre si, puños golpeando las mesas... pero una sola palabra salio de los labios de todos los feligreses de aquella taberna, un largo, sonoro y orgulloso SI

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